La publicidad es un arte visual ligado al diseño gráfico, la pintura y la fotografía. Como tal, se nutre de esas artes para construir su propio lenguaje, y poner en evidencia su mensaje. Por supuesto, la publicidad mezcla la imagen con la palabra, el lenguaje escrito, para comunicar ideas que tienen por fin generar un sentimiento o interés por un producto específico. Es así como los marcos, tanto teóricos como físicos, cobran real importancia a la hora de generar publicidad.
¿Cómo los marcos contribuyen a la publicidad?
Los marcos son una referencia estética y visual, un límite que mantiene la imagen al interior y controlada. Es decir, son un borde que permite encuadrar lo que se desea mostrar, y dejar fuera lo que no se desea enseñar. En este sentido, los marcos construyen una realidad interior única, que le muestra al espectador lo que el creador quiere que vea.
Es así como los marcos conceptuales, y los materiales, definen qué es lo que se ve o no, y cuál es el mensaje que recibe. Por ejemplo, un marco conceptual puede ser el set de locación de la publicidad. Un exterior determinado, un dormitorio, un bar, lo que sea. De este modo, el marco contextual define la realidad de lo que sucede.
Por lo demás, el marco físico de la imagen son sus bordes, los cuales separan la publicidad del resto de cosas que suceden en el mundo. Al interior del marco, todo puede suceder. Es más, esto es lo que se busca, pues lo que se muestra en la publicidad es un mundo deseable por el consumidor, el estilo de vida que él desea.
Todo buen publicista sabe que el marco de las ideas define el mundo que muestra y, por ende, la imagen que enseña al público.
