Los términos “publicidad” y “mercadeo” con mucha frecuencia son usados como sinónimo, pero lo cierto es que cada uno alude a especialidades diferentes. El mercadeo se encarga de desarrollar y mejorar un producto o servicio, hacer los correspondientes estudios de mercado, y de asignarle un precio justo de acuerdo con los costos de producción, el mercado objetivo, la marca y las metas de la empresa.
La publicidad es un elemento más del mercadeo, y cumple con el fin de promover y aumentar las ventas del producto o servicio, dando a conocer sus bondades, sugestionando y seduciendo al público para que lo adquiera. En este sentido, la publicidad sirve al mercadeo en tanto el objetivo último de éste es, evidentemente, que el producto o servicio se venda y tenga el mayor éxito posible en el mercado.
Dado que el mercadeo y la publicidad se necesitan mutuamente, es difícil concebirlos el uno sin el otro y, por lo tanto, resulta comprensible que muchos confundan ambas disciplinas. En términos simples, podríamos decir que la publicidad está incluida dentro del campo del mercadeo, siendo un área específica de éste. Esto lo podemos corroborar en la mayoría de las empresas de la actualidad, donde el departamento de publicidad frecuentemente está asimilado dentro del área de mercadeo.
La publicidad se encarga de informar al público sobre un producto o servicio, divulgar sus ventajas comparativas y estimular su consumo mediante anuncios en los más diversos medios de comunicación. El mercadeo tiene propósitos más integrales, estando encargado del desarrollo de la marca y del producto, de distribuirlo y de analizar los datos de sus ventas, entre otras funciones.